viernes, 22 de febrero de 2013

LA MADUREZ Y LA MAYORÍA DE EDAD


TEMA: LA MADUREZ Y LA MAYORÍA DE EDAD                  
LOGRO: IDENTIFICAR LOS USOS QUE LOS JÓVENES HACEN DEL TIEMPO LIBRE

INDICADORES DE LOGROS:
·         Analizar para que se adquiriere la mayoría de edad
·         Conocer las capacidades, los derechos y obligaciones de cualquier ciudadano al cumplir la mayoría de edad
·         Identificar las características que determinar la madurez con respecto a la edad

LA MADUREZ Y LA “MAYORÍA DE EDAD”

La  madurez es la condición de hace a una persona, joven o adulta, capaz de enfrentar con solvencia una dificultad.  Es un indicó de desarrollo personal, y el distintivo de quienes enfrenta con entereza e independencia los retos que se les presenta. Es “la mayoría de edad”, pero no entendida como la edad en que el Estado nos reconoce como ciudadanos sino una condición de la persona que le permite asumir responsabilidades sin presión y por libre elección.  Por el contrario, la “minoría de edad”, es, al decir de Kant, la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro.

No es, sin embargo, fácil enfrentar esas nuevas condiciones de vida.  Es necesario hacer un gran acopio de fuerzas para aceptar las nuevas circunstancias, y en ello se ponen en juego la reciedumbre del carácter, la fuerza de voluntad y una gran dosis de renuncia a algunos delos proyectos que se planteaban como inmediatos.

Quien asume con tal criterio estos compromisos saca provecho.  Organizar y dirigir con éxito un proyecto devisa ofrece grandes posibilidades de crecimiento y madurez personales.  Es posible que durante un tiempo se pierdan de vista los anhelos académicos o económicos individuales, pero la tranquilidad y bienestar de nuestros seres querido vale más que una satisfacción temporal.

Miles de adolescentes a la falta de alguno o de ambos padres en el hogar, modifican definitivamente el camino que habían trazado; soñaban con seguir estudiado y alcanzar un título de bachiller o quizá uno de profesional, pero la falta cobertura de la educación y la usencia de escuelas e instituciones en la regiones más apartadas de los centros urbanos, los obliga a resignarse para siempre. Afortunadamente también podemos mencionar esos otros ejemplos de perseverancia y superación en los que  jóvenes de provincia  de grandes ciudades han logrado una cierta armonía entre sus responsabilidades con su familia y sus proyectos académicos. 

LA MAYORÍA DE EDAD (O MADUREZ) FÍSICA, SÍQUICA Y JURÍDICA.
¿POR QUÉ EDUCAMOS A NUESTROS HIJOS?

Marco Aurelio nos sugiere la respuesta: “Los hombres han nacido los unos para los otros; edúcales o padécelos”.

Precisamente para no tener que padecer al hombre “inadaptado”, existe la educación. Educación impartida por maestros en centros escolares; educación en el seno familiar (en franca recesión); educación en el entorno social, la que se recibe en la calle con los amigos en la pandilla y que peligrosamente se ha convertido en “antieducación” y en “antiescuela” ya que la calle es el medio que influye más negativamente sobre ellos -cuando los modelos no son los adecuados-, porque la eligen libremente. Ésta que reciben en la calle es la educación con la que más se identifican, la que más les marca. Y esto pasa porque la calle no les obliga a estudiar, no hay normas estrictas como las hay en el colegio, o puede haberlas (no siempre) en el entorno familiar. Porque desde niños nos resistimos a realizar esfuerzos (de ahí surgió la expresión: “educar jugando”), a que nos fastidien cuando estamos “tan ocupados jugando”. Posteriormente, ya alcanzada la pubertad ,” los juegos” se van haciendo cada vez más peligrosos: tenemos reciente el trágico caso de una niña que reta a otra a un “duelo a muerte”, donde una de ellas muere en el reto; la práctica generalizada de hacerle la vida imposible a los compañeros más vulnerables de la clase; sin olvidar las agresiones no sólo verbales, sino también físicas a maestros, a los propios padres o a cualquier ciudadano que se ponga por delante-



Triste realidad ésta en la que la violencia se convierte en indispensable moneda de cambio para los jóvenes, como si haciendo uso de ella reafirmaran su poderío, marcaran (cual fiera) su territorio. Muy a mi pesar tengo que reconocer que la mayor parte de la culpa de que esto sea así, de que haya alcanzado estos terroríficos límites, la tenemos los padres. Porque hemos dejado en la cuenta nuestra responsabilidad. A veces porque el trabajo nos deja poco tiempo para dedicarles la debida atención; y casi siempre, porque cuando estamos con ellos estamos ausentes y el diálogo brilla por su ausencia: unos viendo la TV (para mayor entontecimiento general), otros con la consola, con los juegos de Internet o chateando con desconocidos.

Podemos concluir en que siempre falta el diálogo, el buen consejo, la puesta en común de las vivencias, la exposición de cualquier posible problema. Siempre falta sobre la mesa, no el pan, sino la palabra: ese precioso aire semántico al que llamamos palabra, indispensable materia prima para el diálogo.

El género humano tiene un problema insoluble: existe en él una dicotomía que es una muestra más de su imperfección.  La dicotomía que se produce en nuestros jóvenes no es otra que la diferencia en el tiempo que se da en ellos entre alcanzar la madurez física (pubertad), que se consigue sola con sólo dejar pasar los días, y la madurez síquica que es obra de la educación en centro de enseñanza y en la familia. La responsabilidad jurídica recae en los padres hasta tanto los hijos cumplen 18 años. El joven púber tiene un cuerpo fuerte, musculado, sano. La naturaleza, a todos los cachorros e infantes humanos, con el paso de los días....los hace maduros, adultos, hombres. Sienten la pulsión, el mandato de la naturaleza, por procrear, por perpetuar su especie. Algo normal en todas las especies: se dedican a nutrirse y a copular (costumbre muy sana y recomendable, fuera o dentro del matrimonio, amén) para procurarse descendencia.

El problema está en que, mientras el resto de seres vivos que existen en nuestro planeta llegan a la madurez corporal al unísono con la mental. O sea, son unos perfectos padres protegiendo y alimentando a sus crías tras su primer coito, siendo padres primerizos; en la especie humana esta coincidencia en la maduración no existe. Normalmente la madurez síquica del Hombre no se completa, en muchos casos, hasta 6, 8 ó 10 años (y en algunos nunca) después de la pubertad. Yo no digo que mientras tanto maduran su personalidad, nuestros chicos, no copulen; sino que, previo a ello, los mayores debemos haberles enseñado y educado en el “libro de ruta de la sexualidad”, para que sus relaciones sean sanas y ordenadas.

ACTIVIDAD EN CLASE

1.    Haga un listado de los pro y contras de la mayoría de edad a los 16 años (mínimo 5 de cada uno)
2.    Que características determinan la madurez en una persona?
3.    Que clases de educación reciben los jovens para alcanzar su madures?
4.    Que características posee las educación de la calles?
5.    En que consiste la madurez física  y la madurez síquica? De 3 características de cada una de ellas
6.    Esta de acuerdo con la mayoría de edad a los 16? Justifique su repuesta
7.    Cuando se considera una persona responsable, madura e independiente?
8.    Consulte y pegue una noticia en la que el infractor sea un menor de edad.

TRABAJO EXTRA CLASE

1.    Consultar en que consiste el código de adolescencia y de la infancia
2.    ¿Cómo se penalizan los delitos cometidos por menores de edad en Colombia?
3.    Qué beneficios y/o perjuicios traen a la sociedad esta penalización.

EVALUACIÓN

Elaboración de carteleras que permitan conocer los derechos, beneficios y obligaciones de los menores de edad así como las responsabilidades de los padres con respecto a los hijos con mayoría de edad.

BIBLIOGRAFÍA
Diario el Espectador
www.CaracolTV.com

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